Siempre he creído que el país es como una persona.
Puede que aunque crezca, no se ame, no se cuide y se convierta en un ser humano a medias: medio inseguro, medio vulnerable, medio indeciso, medio mentiroso, medio jugado.
Cuando un país se conoce y quiere; respeta su pasado y reconoce los errores y aciertos, podemos encontrarnos con un escenario maduro, pleno, con diálogo, con democracia real, sin subestimaciones ni exageraciones destempladas.
Cuando una persona ama su historia, puede caminar seguro hacia su futuro cotidiano.
Cuando un país se acepta y valora, puede construir un futuro seguro y en paz.
A continuación 3 creaciones nacidas desde la mirada de artistas chilenos.
2 comentarios:
Querida amiga Valeria:
Me disculpo por mi ausencia y no pasar a visitarte como antes, pero los escollos de la vida me han puesto vallas difíciles de saltar.
Me he dado miles de porrazos y aun no aprendo, sabes a lo que me refiero y te reirás de mis fallidos intentos, pero de lo que estoy seguro es de nuestra amistad sincera y que aunque no nos hablemos o veamos por largo tiempo, el cariño que siento por ti sigue creciendo cada día más.
Te quiere:
Eduardo Valenzuela.
PD: Un beso a Miranda
Supongo que si nuestro pasado nos ha marcadao, la personalidad nos delata dependiendo de quien nos influencie.
Aprendamos del pasado sin olvidarlo pero superándolo, sin dejar que nos vuelva a golpear tan fuerte como en el recuerdo.
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