Asesoría y Comunicaciones para las Artes

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jueves, julio 27, 2006

ADMIRAR VERSUS FANTASEAR

Estas últimas semanas he estado lo suficientemente sola como para mirarme hacia atrás. Sin mis pies enterrados en la arena, pero con las suficientes imágenes memorizadas en cada una de mis células que me han llevado a pensar lo que he cambiado.

Lo fundamental, es que hace un año atrás, yo contaba entre mis recursos para encantarme con la vida: Con la admiración hacia muchas personas. Como que me encantaba admirar a personas por su voz, por su forma de actuar, por lo que escribían, por sus luchas, por sus formas de mirar hacia adelante...

Pero algo me pasó en todo este tiempo que al final me di cuenta que mi admiración no era tal. Lo que había era pura fantasía. Me acordaba de mis clases de estética en la U., cuando mi querido profesor Solanich dibujaba media manzana en el pizarrón y preguntaba: ¿Qué es esto?. Todos apáticos respondían, "una manzana, po, profe". Y él decía: "No pues, no es una manzana, es un dibujo de media manzana".

¿A dónde iba él? A la facilidad que tenemos algunos de completar los dibujos y ponerles nuestros sueños y fantasías a medias manzanas o medios círculos del pizarrón de la vida.

Me río un poco al recordar cuando tenía como 12 años y decía, ¡me encanta Silvio Rodríguez! cuando grande me quiero casar con él o al menos con un hombre como él. ja! y claro, al escuchar sus canciones, al ver la profundidad de sus letras no podía más que imaginar un hombre total, maduro, pleno, leal, coherente, con sentido común, dulce, fuerte ufff!!! y les aseguro que poco de eso debe tener.

El tema es que se me humanizaron todos, ahora todos tienen grandes defectos y grandes virtudes. Y cuando voy al cine, y me inspiro con una película que mientras veía, completaba la media manzana y salía feliz, ahora ocurre que me quedo un poco congelada, como con el frío que hace hoy.

Ya no siento las cosquillas de ver a alguien que admiro, ya no admiro a nadie. ahora estoy aprendiendo a admirar fragmentos, pedazos, situaciones, pequeños aciertos. Algo así como encontrar la felicidad en las cosas más simples y dibujar ahí mis manzanas verdes, brillantes y hermosas.

Siento que estoy aterrizando después de haber estado muchas horas dando vueltas en un paracaídas.

miércoles, julio 26, 2006

Esta columna ya fue publicada...

Teillier se fue de Chile hace diez años


El 22 de abril de 1996 a las 10 am me encontraba sola en la oficina de Cultura del diario La Nación redactando algún reportaje del área. Fui interrumpida por un joven que llegó con un cable de último minuto. El poeta Jorge Teillier, el que vivía en una parcela cerca de la Ligua, a quien yo había visto hace un mes atrás en un encuentro de poetas regionales, había muerto en el hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar.

La tristeza me embargó. Era el poeta de las nostalgias, el que me había acompañado en tantas instancias de profundidad y al que había visitado a cuanto recital de poesía había dado en la capital. No sé qué me apenaba más, si la imposibilidad que nos da la muerte de no poder volver a ver a las personas o la frustración de que una vez más había muerto un artista chileno sin obtener el reconocimiento mínimo de su área, como el Premio Nacional de Literatura.

Al otro día, sentada en una butaca de la iglesia de la Ligua, en medio de su familia, yo lloraba en silencio, pensando y recordando que todas las veces que lo vi recitando o que me lo topé cerca de la calle La Pastora en Las Condes , no fui capaz de darle las gracias.
Sentí una deuda que de alguna manera suplí con mi relato de sus funerales publicado en el diario La Nación.

Pero no era suficiente. Ése día me prometí entonces elaborar su biografía. Sin embargo, el destino me tenía deparado un vendaval de obligaciones terrenales y no alcancé a elaborar más de tres entrevistas, una de las cuales, eso sí, valoro mucho. Me refiero a la conversación que establecí con su segunda mujer, Beatriz Ortiz de Zárate, en la cual fuimos interrumpidas por el sonido de un organillo en la puerta de su casa. En ese momento ella me dijo, tienes la bendición de Jorge, él adoraba los organillos.

Dicho trabajo fue elaborado finalmente por una ex alumna como tesis de grado y que espero prontamente se publique a nivel masivo con el respaldo de un editorial. ¿Por qué? Porque como periodistas de cultura, es fundamental dar a conocer a la gente, quiénes son los constructores del alma de los países. Y en éste en particular, que se caracteriza por estar lleno de deudas históricas ( no olvidar a Bolaño, Huidobro y la Bombal, que murieron sin obtener el Premio Nacional de Literatura) siento que los periodistas son los únicos capaces de cubrir esas omisiones.

Teillier pese a su alcoholismo, nos recordó, una y otra vez, que la felicidad se encuentra en las cosas simples, en los territorios del pasado, en el sur de las cosas.

Esta columna de opinión será publicada el 31 de julio

“PORQUE TE AMO, TE MATO”

De que estamos viviendo un momento lleno de contradicciones no es novedad. Lo novedoso es encontrar salidas sanas a esas contradicciones. La muerte de 29 mujeres asesinadas por sus parejas en lo que va corrido del año, mientras orgullosos tenemos una mujer como Presidenta de la República, es algo de esta intrincada historia que nos toca vivir y observar.

“Treinta y tres policías bonaerenses fueron separados de la fuerza por ser violentos en sus hogares. La medida es inédita. “Un agente que opta por la violencia como medio de solucionar los conflictos familiares pone en serio cuestionamiento su capacidad de respuesta frente a situaciones similares” ( diario Página 12, Argentina)

“Desde 1993, la ciudad mexicana de Juárez es escenario de uno de los casos más atroces y oscuros del crimen: la desaparición de 4500 mujeres y la aparición en el desierto de casi 500 asesinadas”.(diario Página 12, Argentina)

En la misma semana he sido testigo de estas tres noticias, una de Chile y otras de nuestro entorno cercano. Mi reacción: desasosiego, ansiedad e impotencia. Alguien me dijo que la cifra de mujeres chilenas asesinadas por sus parejas no es nada, porque en España ¡ sí que la cosa es fuerte!, pues moriría una mujer diariamente a manos de su pareja.

¿Perdón??? ¿Qué pasa? ¿Por qué las mujeres siguen siendo blanco de agresiones físicas y sicológicas como si fuera algo coherente dentro del paisaje cultural?¿ Qué lleva a la violencia entre seres que supuestamente se quieren o se aman? Hace días me refería al círculo vicioso de la justicia, ¿Es aplicable en este caso, que la frustración y las desigualdades sociales estén fortaleciendo la violencia en contra de las mujeres o es que este verdadero foso negro de nuestra cultura, de nuestra forma de relacionarnos, está tan incorporado en nuestras mentes que no es posible hacerlo desaparecer?

No faltan los eufemismos de hombres que me recuerdan que antes era peor, que antes las mujeres eran violentadas socialmente al no poder votar, no poder trabajar, no poder decidir su futuro ¿Debo estas agradecida?. También es eufemismo cuando la violencia sicológica suple a la física, pues la fuerza es prácticamente la misma y, a veces, las cicatrices son peores, porque no se ven y sólo aparecen en depresiones, angustias u otras patologías sicosomáticas. Y esto me hace recordar a una amiga que terminó separándose de su “amado esposo” cuando la quiso golpear, pero ella no encontró la fuerza ni los argumentos para decidir lo mismo cuando él la descalificaba como persona, profesional y mujer, es decir, un puñete tiene más fuerzas que frases como “no sirves para nada o por qué vas a trabajar si no le has ganado a nadie”.

Lo cierto es que hoy escribo mi columna sin respuesta alguna. Más bien, estoy confundida al sentir que deben pasar muchas generaciones antes de que se asuma culturalmente que una mujer debe ser respetada física y sicológicamente, con la misma fuerza y seguridad como se exige el respeto de los derechos humanos y se condenan los crímenes de lesa humanidad. Y, entender en definitivamente, que “porque te amo, te mato” es un pura literatura.

martes, julio 25, 2006

¿POR QUÉ MARCAR HUELLAS?

Inspirada en las miradas y las palabras de otros, quizá, sea el motivo que me lleve a querer marcar huellas. Estoy lejos de la arena, me gustaría estar metiendo mis pies en la arena y mirar para atrás y ver todo lo que he avanzado. Pero el piso es virtual y las marcas tomarán distintas formas: palabras, imágenes, opiniones, entrevistas, no sé.

Cuando le decía a un amigo que me gustaría mostrar lo que pienso y siento, porque podría llegar a inspirar o aportar a alguien. Se rió.

Lo cierto es que más allá de su risa, aspiro a compartir y a generar debate sobre lo que pueda ir mostrando en el camino. Eso me parece más romántico y propositivo. Incluso, aunque todo eso invoque a la risa, porque no hay nada más sano que matarse de la risa.

Y aquí vamos, abriendo espacio para este nuevo desafío de actualizar ideas y de generar conversaciones virtuales.

¡Démosle!