Asesoría y Comunicaciones para las Artes

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martes, octubre 21, 2008

Semanas intensas, con mucha palabra y mucho silencio como las mejores melodías.
creo que las canciones que más me emocionan tienen un poco de silencio que permiten conectar con las emociones profundas a las cuales les dio paso las palabras.
Así ha sido un poco este tiempo, de crear internamente, de poder decir y ser reconcida y vista, sintiendo de esos orgullos que pocas veces se dan.
Al mismo tiempo he confirmado que hay situaciones que no cambian y otras que cambian mágicamente.
Estoy en una suerte de marcha blanca de mi propia historia, con mis sentidos más genuinos, con sentidos atentos, con sentimientos fieles a esa historia que puede llevarnos la vida construir.
Nada más que decir, que hoy sólo apuesto a cerrar las tareas antes de que termine el año y poder decir, que sí sirvieron todas las apuestas que hice, y sí puse las energías en el camino correcto.

para hoy una canción simplemente dulce:

domingo, octubre 05, 2008

Confluyen los sonidos, las letras, pero es primavera, igual es primavera y me quedaré colgada en el más alto de los sentimientos.

Luis Eduarto Aute para hoy domingo.

viernes, octubre 03, 2008

Entonces ella al dar la vuelta a la esquina se topa con él.

Ella se dice a sí misma "seguro que 5 minutos antes o 5 minutos después esto no hubiera ocurrido".

Pero ocurrió, y sólo bastaba saber si se haría cargo de ese encuentro.

Había pasado un año.

La vida es lejos más mágica de lo imaginable y también puede ser muy cruel.

Para dónde vamos.

¿Qué es más importante las mañanas aseguradas o ese momento, en esa calle, en ese minuto donde el corazón se completó?

¿Qué es más importante luchar por mirar al mismo lugar, o dejar que cada uno mire su propio horizonte, con sus propias pupilas, pero cerca, de alguna manera, cerca el uno del otro?

¿Qué tiene más valor, el día que dijiste amar y escuchaste te amo con total sinceridad o la promesa de un amor cotidiano?

¿Qué voy a hacer cuando no vea más tus ojos y no exista ni esa calle, ni ese minuto, ni ese silencio?

Ella estaba encandilada con la humedad de sus palabras y la cercanía de su respiración y empezó a sanar, sanar,sanar desde adentro.

Y él, encandilado con su estampa (nunca me di cuenta de lo delicada que eras), empezó a calmar y calmar la cascada de pensamientos a los cuales se había acostumbrado los últimos 5 años y que sólo habían provocado dolor, heridas y lágrimas.

En ese minuto, en esa calle, a la vuelta de esa esquina, ella le prometió realidad y el recogió templanza.

Hoy, ambos esperan que en algún minuto, en algún lugar del mundo, a la vuelta de una esquina puedan volver a encontrarse.

Mientras, él piensa "qué será de mi sin tus ojos" y ella respira cada letra de la palabra separación.