Asesoría y Comunicaciones para las Artes

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lunes, marzo 17, 2008

A narcisos


"En la mitología griega, Narciso es un adolescente de hermosura deslumbrante. Su belleza es tan superlativa como su indiferencia por los demás. No se conmueve por los dramas que produce el amor que despierta en hombres y mujeres. Un día llega hasta una fuente clara. Se acerca a tomar agua y entonces se encuentra con su propio reflejo. Por primera vez se enamora, se siente cautivado por el muchacho que lo mira desde el otro lado del agua. Pero cuando trata de tocarlo, la imagen se deshace. Sin poder poseer el objeto de su pasión, se queda contemplándolo, y allí se consume y muere. En ese mismo lugar crece una flor, el narciso". Explicación del escritor Darío Oses.
Aparentemente simple es la flor del narciso, hasta linda. No ocurre lo mismo con los narcisos personas, son complejas, principalmente porque en esencia significa que tienen cero empatía con los demás, pues no la entienden, porque para el narciso lo importante es simplemente ser y que los vean.
Es jodido enfrentarse a un narciso-persona, pues uno lucha con esa expresión "no lo puedo creer, no puede ser para tanto", pero sí es para tanto, pues jamás reconocerán a un legítimo otro con pensamientos, sentimientos y circunstancias propias a las cuales adaptarse para entrar en sintonía, o simplemente para relacionarse y crear la la lógica del: YO + TU= NOSOTROS.
También sé que un narciso-persona a veces sufren por serlo, pues no entienden cómo los otros osan no entenderlos, osan no hacerse cargo de sus problemas o no hacerse cargo de sus vulnerabilidades, si es obvio que debiera ser así. Es que para el narciso la lógica es: YO+TU= YO.
Aviso de utilidad pública:
Se prohibe que un narciso se acerque por estos lados, queriendo pasar piola.
Qué existan, pero lejos de mis latitudes, vale decir, de mis latidos.

1 comentario:

Azra dijo...

Hoy en día parece difícil la existencia de un puro y genuino narciso. Somos, porque vamos evolucionando, más capaces de notar los traumas y/o trancas que acompañan o explican esa falta de empatía o compasión, consideración o comprensión, y privilegiamos la historia del otro (aunque ese otro no lo haga por sí mismo)... si es que en un moemnto de debilidad no se nos ocurre ponernos narcisos también, o hasta que simplemente nos cansamos.