Está vestida de un inmaculado blanco.
Le transpiran sus manos de reina ochentera.
El rostro lo cubre con enormes anteojos negros.
Se ve indignada.
Mira a los reporteros que la esperan ansiosos.
Esta vez no quiere a los reporteros gráficos.
Esta vez no, porque tiene apretado el estómago.
Los mira a todos...
Piensa en su público incondicional.
Piensa en la gerencia de canal 13.
Piensa en ella.
Piensa en ella.
Y miente.
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