En algún minuto me sentí ahogada intentando argumentar frente a algunas personas con paradigmas enquistados.
Lo que pase o no pase en mi país me provoca y me hace discutirlo o reflexionarlo, y hoy llego a un escenario nuevo, donde el futuro sólo puede significar un gran desafío: el de reconstruir las apuestas.
Lo que pase o no pase en mi país me provoca y me hace discutirlo o reflexionarlo, y hoy llego a un escenario nuevo, donde el futuro sólo puede significar un gran desafío: el de reconstruir las apuestas.
He escuchado de todo y me han dicho de todo también.
Básicamente, lo que me pasó en el camino es que fue tal la decepción que me provocó que la llamada Concertación no hiciera su trabajo, que terminé sintiendo un gran rechazo ("pero si no pueden hacer todo" -me dijeron enumerándome ejemplos- "Es que lo que me enumeras es lo mínimo" -contesté)
Años estuve escribiendo en el portal de un Diputado amigo, sobre los signos de la decadencia, donde las personas que ostentaron el poder a partir de la confianza entregada, se fueron olvidando de la gente y de sus necesidades más vitales ( ¿No es básica la educación y la salud o soy muy sofisticada?), mientras, les empezó a subir una especie de pánico por arriesgar el poder, hombres y mujeres con un nivel de soberbia impresionante luchando para tener el poder por el poder ¿Y la gente?
Pasaron muchas cosas que sentí que fue un insulto para la inteligencia de los chilenos: desde el desmembramiento del movimiento juvenil más importante de las últimas décadas, hasta las estafas no asumidas, los cargos distribuidos familiarmente y los empujones y garabatos por la espalda.
Después vendría una suerte de defensa reduccionista, donde los que no estaban a favor de apoyarlos por cuatro años más eran traidores y merecían la hoguera. "hombre muerto caminando", que mejor frase espontánea que saltó desde la guata flácida de un vicepresidente de partido.
Siempre he pensado que en Chile faltan líderes, y de alguna manera ahora entiendo que eso es lógico que ocurra en un país tan castigador como éste, donde los que se descarrilan son denostados públicamente.
¿No fue gracioso (y desconcertante) escuchar las críticas que le hicieron al díscolo Marco, para después en segunda vuelta decir que sus ideas eran muy buenas?
¿Cuántos jóvenes están dispuestos a desangrarse para renovar las lógicas políticas, sabiendo por dónde tienen que pasar? es desgastador y te puede costar más que unas arduas horas de trabajo.
La Concerta,con su discurso de progresismo y pluralidad no real (porque no me van a decir que por el hecho de que hayan varios partidos en ella, se traduce en pluralidad...si donde manda capitán ¡los marineros no existen!) creo que debe llegar hasta aquí.
Después vendría una suerte de defensa reduccionista, donde los que no estaban a favor de apoyarlos por cuatro años más eran traidores y merecían la hoguera. "hombre muerto caminando", que mejor frase espontánea que saltó desde la guata flácida de un vicepresidente de partido.
Siempre he pensado que en Chile faltan líderes, y de alguna manera ahora entiendo que eso es lógico que ocurra en un país tan castigador como éste, donde los que se descarrilan son denostados públicamente.
¿No fue gracioso (y desconcertante) escuchar las críticas que le hicieron al díscolo Marco, para después en segunda vuelta decir que sus ideas eran muy buenas?
¿Cuántos jóvenes están dispuestos a desangrarse para renovar las lógicas políticas, sabiendo por dónde tienen que pasar? es desgastador y te puede costar más que unas arduas horas de trabajo.
La Concerta,con su discurso de progresismo y pluralidad no real (porque no me van a decir que por el hecho de que hayan varios partidos en ella, se traduce en pluralidad...si donde manda capitán ¡los marineros no existen!) creo que debe llegar hasta aquí.
Un rato de profunda y sincera reflexión haría de muchos, grandes personas, lo contrario es soberbia mediocre.
Desde mi tribuna, haré mi trabajo como siempre y como muchos chilenos también lo hacen, seguiré investigando donde haya que investigar y diciendo lo que pienso.
Espero eso sí, que las cosas se sinceren y que haya que conversar cuando corresponda, rechazar cuando corresponda y proponer cuando corresponda, bajo el prisma de la amplitud y no del resentimiento social. Chile no está para amurramientos baratos.
Y por último, no puedo hacer vista gorda de quiénes fortalecieron el neoliberalismo más feroz en mi país. (¿Quiere educarse? pague. ¿Quiere salud? pague. ¿Quiere pasar por este camino? pague. ¿Quiere remedios? pague . El 54% de los chilenos ganan menos de 280 mil pesos mensuales. Y pagaron)