Al parecer ganaron los demócratas en las legislativas de Estados Unidos, y Daniel Ortega también ganó sus propias elecciones presidenciales...
Hoy también leí que Carlos Franz el escritor premiado y reconocido en el extranjero desde que decidió irse de Chile las cosas le han venido en gracia, vale decir: oportunidades que acá no necesariamente tuvo, pese a ser uno de los pocos escritores de la generación empujada por editorial Planeta a principios de los 90.
Todo esto me viene a la mente cuando pienso, que Chile queda tan lejos de todo, como que las cosas ocurrieran un poco más allá, pero no acá. Como que acá, en Chile y ni siquiera en Chile, en Santiago, las cosas no pasan más allá de problemáticas partidarias (aunque me resulte igualmente necesario una limpieza de seres corruptos en el gobierno) o faranduleras, llámese lo que pasa en la televisión o los personajes de la Teve.
Si cruzo la calle y pregunto a boca de jarro a algún ciudadano cualquiera, si le importa el retorno de Ortega a la presidencia o de la mayoría demócrata en los Estados Unidos lo más probable es que me mire atónito y no responda nada, porque no son temas, no son los temas que mueven a nadie por estos lados.
Con mayor razón si le pregunto si conoce a un señor de apellido Franz, porque al final, los temas que ocurren cruzando la cordillera son verdaderamente un cuento de elite, de esta elite indomable, cerrada y tan poco generosa. Y eso, definitivamente me genera náuseas.
....continuará.
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