Cuando me topé con una señora que estaba tan feliz de que en el día de su cumpleaños hubiera ganado Chile en el primer partido del mundial, toqué la magia que se desplegó ayer.
Tengo recuerdos difusos del mundial de 82, pero en mi cabecita, sigue la frase musical de México 86, aunque ni recuerde qué pasó con nosotros en el norte del continente; también recuerdo la dupla Za-Sa, pero no mucho los otros jugadores de ese mundial de Francia.
Lo que sí recuerdo con facilidad es el sentimiento ambiente, el que hablaba de los tradicionales triunfos morales, de la falta de garra de los chilenos, de la falta de personalidad y muchos ninguneos que no hacían más que acrecentar ese sentimiento de ser el niño más feo o menos querible del curso o de la oficina, del club, etc.
Siempre me gustó Bielsa, su hermetismo, su obsesión ( seguro a costa de muchas cosas personales) y su estilo de no regalar sonrisas cuando están las cámaras al frente, porque simplemente su tema es otro, porque él como entrenador sólo podía desplegar sonrisas y energía a los suyos, a sus pupilos y asistentes.
Y pensar que lo llaman loco, quizá sólo un loco puede hacer las cosas bien y cambiar la lógica de ciertas tradiciones nefastas de este chilito que amo.
Quizá no ganemos este mundial (no me cabe duda que esos chicos veinteañeros harán todo lo posible para superar el partido anterior y eso ¡ya es enorme!), pero sí puede cambiar otra historia que va más allá de este certamen, y es la lección del estilo Bielsa.
Puedo estar hilando muy fino, pero desde que he visto a esta selección, hay un espíritu que salta a la vista y que a mi entender se basa en la confianza: la confianza de ser parte de un equipo, la confianza de que vas a mejorar, la confianza de que no te van a ningunear sino que te van a decir: "tu puedes" (just do it); la sensación de que no te están amenazando desde dentro, porque no están concentrados en cagarte para ganarte el puesto, sino que están enseñándoles a hacer de todos los mejores.
Cuando vi el primer partido de Argentina en el mundial, todas las miradas estaban puestas en Messi; no habían otros jugadores sino que unos chicos que debían generar el espacio a Messi y ahí pensé: ¡pero si son 11 jugadores!
11 jugadores ( 0 23 si contamos a los que están esperando su turno en las bancas) tiene Chile y el profe Bielsa como lo llaman ellos, les enseñó que había una sola meta clara: atacar para ganar y defender lo necesario. El creo 11 ( o 23) guerreros veinteaños maravillosos.
¿Se imaginan que esa lógica se aplicara en todos los equipos de trabajo?
¡Cómo crecería este país!
*La foto es prestada de emol.com
2 comentarios:
Si bien Chile no pudo contra Brasil, si pudo generar en el espiritu del pueblo chileno esa ilusion de que si podemos, pero tampoco somos los jaguares de L.A y para que?,si somos unicos y no tenemos por que compararnos con animal, ni raza, somos lo k somos, gente con mucho que entregar y con vivida esperanza
gracias un abrazooo
gabeez
Si bien Chile no pudo contra Brasil, si pudo generar en el espiritu del pueblo chileno esa ilusion de que si podemos, pero tampoco somos los jaguares de L.A y para que?,si somos unicos y no tenemos por que compararnos con animal, ni raza, somos lo k somos, gente con mucho que entregar y con vivida esperanza
gracias un abrazooo
gabeez
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