El I ching habla en su hexagrama 23 del camino de la decadencia. Y advierte que nadie amanece decadente, sino que se construye todos los días, y finaliza diciendo, la oscuridad termina destruyéndose a sí mismo.
Recuerdo tan claramente el año 1985 cuando tenía en mis manos un cassette, comprado en calle Corrientes, de Charly García. Me maravillaba su soltura, inteligencia y creatividad.
Yo sólo tenía 15 años.
Hoy, con la experiencia que no tenía a los 15, descubro que hay algo más importante que los pequeños éxitos masivos; más importante que haber sido número 1 en venta de libros, discos, pinturas, etc.
Y es la capacidad de transformarse, de regenerarse, de volver a construirse cada cierto tiempo. Pues de lo contrario, la decadencia nos esperará con los brazos abiertos.
Y en eso está Charly. Abrazado a los pies de la decadencia. Ese esquelético Charly, al cual ya no le sale la voz. Un Charly que ya no llena el Luna Park ni el Estadio Nacional, sino un pub y sólo lo contratan para animar cumpleaños. Un hombre que ya no tuvo la capacidad de regenerarse y su molestia, su locura, la lanza a los pocos fans que le quedan, pegándoles, rompiéndoles los celulares, escupiéndolos.
En fin. Esa noche del viernes, cuando llamaban insistemente a Eduardo, porque Charly García iría a su casa, le envíe un recado infantil:
"dile que ya no lo quiero, que su actitud es de un decadente".
Y lo dije sin pensar en el megashow que se mandaría en la casa de mi querido amigo.
Si ya no puedes andar más por ese camino, dobla y reinvéntate de nuevo.
PD: más detalles en http://elacusete.blogspot.com/
1 comentario:
Vale, nada que decir, los hechos hablan por si solos, se que tu cachorro se llama Lolo, lo de Washington fue a propósito.jejeje
Besos…
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