Siempre he sido más metafísica que otra cosa,
y me hace sentido todo lo que pueda cambiar el estado de las cosas.
El documental, me completó mucha información que a la larga vuelve
la vida un poco más mágica y maravillosa, que lo que uno acostumbra a ver y sentir.
La cotidianidad, en ese sentido, siempre es peligrosa cuando nos hace olvidar
que somos seres mágicos, transmutables.
Traigo a la luz sólo una escena del documental, a modo de ejemplo,
fotografías del agua, agua del cuerpo,
quizá cueste creer, pero las imágenes mostraban el cambio de color del agua
de acuerdo con las emociones: blanco para cuando decías gracias,
amarillo oscuro cuando decías te odio.
En pocas palabras, quiero compartir que nuestros pensamientos
pueden cambiar nuestras aguas, nuestras sinapsis, nuestras neuronas.
La física cuántica, y la metáfisica que aprendí en mi vida,
dice que la realidad existe en la medida de nuestra realidad interna.
Entonces, sólo basta con conocer, aceptar y potenciar nuestro mundo interno
para hacer que precipiten nuestros sueños, nuestras esperanzas.
La materia se hace materia desde adentro,
aunque todos nos digan lo contrario.