Esta imagen es histórica. Son históricas también las palabras de Ingrid al Presidente Uribe. El mundo, como pocas veces, ha celebrado el triunfo de un valor, cosa no menor si
generalmente es el fútbol el que moviliza a la gente y sus emociones.
Pensar en defender la paz o la libertad, es muchas veces casi romántico.
Sin embargo, puedo jurar que lo que ocurrió ayer,
pasadas las 14 horas no dejó indiferente a nadie.
Espero que no vengan tan pronto las especulaciones políticas,
porque en estos casos son agotadoras.
Me gusta cuando triunfa el respeto, el agradecimiento sin importar de dónde venga.
Vale decir, por mucho que choque, a algunos, que Uribe con sus militares y con el apoyo de Estados Unidos fue el que finalmente logró la liberación de Betancourt con otros 14 rehenes, y no Chávez pese a toda la campaña comunicacional (que personalmente me provoca ronchas)
que realizó desde fines del año pasado, esto tiene un enorme valor.
Creo en el fondo que cuando se trata de violación a los derechos humanos sólo cabe condenar, condenar y condenar.
Como alguien dijo: la guerra sólo se siente cuando se escucha la experiencia del soldado,
el resto son teorías y cálculos que no tocan vidas.
Me alegra y emociona profundamente esta liberación.
Me alegra porque movilizó a muchas personas de todo el mundo y tuvo resultado y valió la pena.
Gracias a Dios.